El fútbol vuelve a demostrar su imprevisibilidad con la meteórica recuperación del Sevilla FC, que ha dejado atrás una temporada repleta de decisiones precipitadas para emerger de sus cenizas en mayo. Como si se tratara de un acto de expiación, los jugadores se han transformado, dando a su afición una nueva oportunidad de festejar en la cancha.
La “Séptima” -como se la conoce en Sevilla- ya está a la vuelta de la esquina. Sólo queda un paso para llegar a la final de Budapest, una batalla contra la Juventus, que, sin duda, es un rival de envergadura. Pero ya la temporada está salvada, todo lo que venga será el extra, la guinda de un pastel que parecía destinado al fracaso.
Un Partido Largo y Táctico
Los desafíos son múltiples. La primera preocupación es la sobreexcitación, la euforia circundante que podría penetrar en el vestuario y transformarse en ansiedad. Además, está la batalla táctica que propone Massimiliano Allegri, técnico de la Juventus y alumno de la escuela del ‘Catenaccio’, con un equipo repleto de estrellas y fortaleza defensiva.
La Previa al Encuentro
La fiesta estará en la grada, pero la verdadera batalla será librada en el césped. No se pueden cometer errores, la Juventus está a la espera de cualquier fallo, como lo demostró en Turín. El técnico del Sevilla, Mendilibar, tiene el desafío de hacer frente a esta amenaza mientras mantiene la cohesión de su equipo.
El Destino en Manos Sevillistas
Ahora es el momento de mirar hacia delante. La final del 31 de mayo en el Puskas Arena se presenta como la tierra prometida. Se pueden ver destellos de esperanza en los ojos de los jugadores del Sevilla, listos para cambiar la historia. Sólo queda disfrutar de este momento especial. El fútbol siempre reserva sorpresas, y esta vez, parece que le ha tocado al Sevilla FC.
Imagen | Twitter Sevilla FC